«Desde el primer momento de mi estancia entre vosotros os enseñé que mi único fin era revelar a mi Padre de los cielos a sus hijos en la Tierra. He vivido esta encarnación para que podáis acceder al conocimiento de ese Gran Dios. Os he revelado que Dios es vuestro Padre y vosotros sus hijos...»

domingo, 3 de enero de 2016

Pedro convoca una reunión

Actuando bajo instrucciones de Pedro, Juan Marcos y otros salieron para convocar a los discípulos principales a la casa de María Marcos. A las diez y media, ciento veinte de los principales discípulos de Jesús que vivían en Jerusalén se habían congregado para escuchar el relato del mensaje de adiós del Maestro y para enterarse de su ascensión. En esta compañía se encontraba María la madre de Jesús. Ella había vuelto a Jerusalén con Juan Zebedeo cuando los apóstoles retornaron de su reciente estadía en Galilea. Poco después de Pentecostés, ella volvió a la casa de Salomé en Betsaida. Santiago, el hermano de Jesús, también estaba presente en esta reunión, la primera conferencia de los discípulos del Maestro que fuera convocada después de la terminación de su carrera planetaria.
      
Simón Pedro se encargó de hablar en nombre de sus compañeros apóstoles, e hizo un relato emocionante de la última reunión de los once con su Maestro ilustrando de la manera más conmovedora el adiós final del Maestro y su desaparición en virtud de la ascensión. Fue una reunión como nunca había ocurrido en este mundo. Esta parte de la reunión no duró más de una hora. Pedro explicó entonces que había decidido elegir a un sucesor de Judas Iscariote, y que se dispondría de un intervalo para que los apóstoles decidieran entre los dos hombres que habían sido sugeridos para esta posición: Matías y Justo.
      
Los once apóstoles entonces fueron al piso de abajo, y allí acordaron echar la suerte para determinar cual de estos hombres se volvería un apóstol para servir en lugar de Judas. Matías fue quien ganó, y fue declarado el nuevo apóstol; fue debidamente puesto a cargo y luego nombrado tesorero. Pero Matías tuvo poco que ver con las actividades subsiguientes de los apóstoles.
      
Poco después de Pentecostés, los gemelos volvieron a sus casas en Galilea. Simón el Zelote permaneció en retiro cierto tiempo, antes de salir a predicar el evangelio. Tomás se preocupó por un período de tiempo más corto y luego reanudó sus enseñanzas. Natanael tuvo cada vez más diferencias de opinión con Pedro en cuanto a la predicación sobre Jesús en lugar de la proclamación del original evangelio del reino. Este desacuerdo se tornó tan agudo a mediados del mes siguiente, que Natanael se retiró, yendo a Filadelfia para visitar a Abner y Lázaro. Después de permanecer allí más de un año, prosiguió hasta las tierras más allá de la Mesopotamia predicando el evangelio tal como él lo entendía.
      
Todo esto significó que tan sólo quedaron seis de los doce apóstoles originales que se convirtieron en actores en el escenario de la primera proclamación del evangelio en Jerusalén: Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe y Mateo.
      
Alrededor del mediodía, los apóstoles volvieron con sus hermanos al aposento superior y anunciaron que Matías había sido elegido nuevo apóstol. Entonces Pedro invitó a todos los creyentes a orar, para que estuvieran preparados adecuadamente para recibir el don del espíritu, que el Maestro prometió enviar.