«Desde el primer momento de mi estancia entre vosotros os enseñé que mi único fin era revelar a mi Padre de los cielos a sus hijos en la Tierra. He vivido esta encarnación para que podáis acceder al conocimiento de ese Gran Dios. Os he revelado que Dios es vuestro Padre y vosotros sus hijos...»

Las limitaciones del autootorgamiento.

1. Según las costumbres y en conformidad con la técnica de Sonarington —en cumplimiento a los mandatos del Hijo Eterno del Paraíso— he tomado las medidas necesarias para el comienzo inmediato de este autootorgamiento mortal, en armonía con los planes formulados por ti y entregados a mí por Gabriel. Crecerás en Urantia como hijo del reino, completarás tu educación humana —en todo momento sujeto a la voluntad de tu Padre del Paraíso— y vivirás tu vida en Urantia como lo determinaste, terminarás tu estadía planetaria, te prepararás para la ascensión a tu Padre y de sus manos recibirás la soberanía suprema de tu universo.
      
2. Aparte de tu misión en la tierra y de tu revelación universal, pero inherente a las ambas, te aconsejo que, una vez te hayas volviendo suficiente autoconsciente de tu identidad divina, te encargues de terminar técnicamente la rebelión de Lucifer en el sistema de Satania, y hacerlo como el Hijo del Hombre; así, como criatura mortal del reino, que en su debilidadad es hecho poderoso por la fesumision a la voluntad de tu Padre, te sugiero que lleves a cabo con donaire la acción que repetidamente te negaste a realizar arbitrariamente por poder y fuerza cuando erais dotado con tales poderes en el tiempo del comienzo de esta rebelión pecaminosa e injustificada. Tu regreso a nuestro seno como Hijo del Hombre, Príncipe Planetario de Urantia, además de Hijo de Dios y soberano supremo de tu universo sería digno broche final de tu autootorgamiento como mortal. Como hombre mortal, el más bajo de las criaturas inteligentes en Nebadon, ¡enfrenta y adjudica las pretensiones blasfémicas de Caligastia y Lucifer, y en ese tu humilde estado voluntario, termina para siempre las falsedades vergonzosas de estos Hijos caídos de la luz! Ya que continuamente no has querido acabar a estos rebeldes con el peso de tus atributos de Creador, sería conveniente que lo hagas ahora al asumir la semejanza de las criaturas más bajas de tu creación, arrancando el poder de las manos de estos Hijos caídos; y así todo tu universo local podrá reconocer claramente y para siempre la justicia y honestidad de tus acciones porque verá que decidiste tomar estas medidas en tu vida mortal, puesto que tu misericordia no te permitía tomarlas arbitrariamente desde una posición de poder y autoridad. Así pues habrás establecido mediante tu autootorgamiento la posibilidad de la soberanía del Supremo en Nebadon, y al mismo tiempo habrás cerrado para siempre los asuntos no adjudicados de todas las insurrecciones precedentes, a pesar del mayor o menor tiempo que te lleve completar estas tareas. Esta acción eliminará de hecho los desacuerdos pendientes en tu universo. Por otra parte, cuando recibas la soberanía suprema sobre tu universo, en ninguna región de tu gran creación personal podrán producirse nuevos o similares desafíos a tu autoridad.
      
3. Cuando hayas triunfado en terminar la secesión en Urantia, como indudablemente lo harás, te aconsejo que aceptes de Gabriel el título de 'Príncipe Planetario de Urantia' como reconocimiento eterno de tu universo por tu experiencia final de autootorgamientos; y que además tomes las medidas necesarias, dentro del tenor de tu autootorgamiento, para compensar por el dolor y la confusión causados en Urantia por la traición de Caligastia y la subsiguiente falta adánica. 

4. De acuerdo con tu solicitud, Gabriel y todas las partes interesadas cooperarán contigo en realizar tu deseo expresado de que tu autootorgamiento en Urantia culmine en el pronunciamiento de un juicio dispensacional del reino, acompañado por la terminación de una era, la resurrección de los mortales sobrevivientes durmientes y el establecimiento de la dispensación del otorgamiento del Espíritu de la Verdad.
      
5. En cuanto al planeta de tu autootorgamiento y a la generación de hombres contemporánea a tu estadía mortal, te aconsejo que actúes mayormente en función de maestro. Presta atención, en primer lugar, a la liberación e inspiración de la naturaleza espiritual del hombre. Ilumina luego la oscuridad intelectual del hombre, cura las almas de los hombres, y emancipa sus mentes de los viejos temores. Atiende también, según tu sabiduría mortal, al bienestar físico y a la comodidad material de tus hermanos en la carne. Vive una vida religiosa ideal para inspiración y edificación de todo tu universo.
      
6. En el planeta de tu autootorgamiento, libera al espíritu del hombre segregado por la rebelión. En Urantia, haz una contribución más a la soberanía del Supremo, para que dicha soberanía abarque todos los vastos dominios de tu creación personal. En este, tu autootorgamiento material en semejanza de carne, experimentarás el esclarecimiento final de un Creador espacio-temporal, la doble experiencia del trabajo dentro de la naturaleza del hombre, con la voluntad de tu Padre Paradisiaco. En tu vida temporal la voluntad de la criatura finita y la voluntad del Creador infinito deberán llegar a ser una sola así como se están uniendo en la Deidad evolutiva del Ser Supremo. Derrama sobre el planeta de tu autootorgamiento el Espíritu de la Verdad para que todos los mortales normales de esa aislada esfera se vuelvan inmediata y enteramente accesibles al ministerio de la presencia segregada de nuestro Padre del Paraíso, los Ajustadores del Pensamiento.
      
7. En todas tus acciones en el mundo de tu autootorgamiento, ten presente que estás viviendo una vida para instrucción y edificación de tu entero universo. Estás otorgando esta vida de encarnación mortal a Urantia, pero debes vivir dicha vida para la inspiración espiritual de toda inteligencia humana y superhumana que vivió, ahora existe, o podrá aún vivir en cada uno de los mundos habitados que haya formado parte en el pasado, forme ahora o pueda formar parte en el futuro de la vasta galaxia de tu dominio administrativo. Tu vida terrestre en semejanza de carne mortal no será vivida para ejemplo de los mortales de Urantia durante los días de tu residencia en la tierra ni tampoco para cualquier generación subsiguiente de seres humanos en Urantia o de cualquier otro mundo. Más bien, tu vida urantiana en la carne será la inspiración para todos los seres de todos los mundos de Nebadon y por todas las generaciones en tiempos por venir.
      
8. La gran misión de tu encarnación mortal que realizaréis y experimentaréis, se incluye en tu decisión de vivir una vida totalmente dedicada a hacer la voluntad de tu Padre del Paraíso, o sea revelar a Dios, tu Padre, en la carne y especialmente a las criaturas de carne. Al mismo tiempo tambien interpretarás, con mayor acrecentamiento, a nuestro Padre a los seres supermortales de todo Nebadon. Juntamente con este ministerio de nueva revelación e interpretación aumentada del Padre del Paraíso para las mentes humanas y las mentes de tipo superhumano, también funcionarás de tal manera que harás una nueva revelación del hombre a Dios. Ilustra con tu corta vida en la carne, como nunca antes se había visto en Nebadon, las posibilidades trascendentes que puede alcanzar un humano conocedor de Dios durante su corta carrera de existencia mortal, e interpreta ahora y para siempre en forma novedosa y esclarecedora a todas las inteligencias superhumanas de Nebadon al hombre y sus vicisitudes de su vida planetaria. Descenderás a Urantia en semejanza de carne mortal, y viviendo la vida de un hombre de tu tiempo y generación, actuarás de tal manera que ilustrarás para todo tu universo el ideal e una técnica perfeccionada en el compromiso supremo de los asuntos de tu vasta creación: el logro de que Dios que, buscando al hombre, lo encuentra y el fenómeno del hombre que, buscando a Dios, lo encuentra; y lo harás para satisfacción mutua y lo harás en el corto período de vida mortal en la carne.
      
9. Te recomiendo que recuerdes siempre que, aunque de hecho llegarás a ser un hombre del reino, común y corriente, potencialmente seguirás siendo un Hijo Creador del Padre del Paraíso. Durante esta encarnación, aunque vivirás y actuarás como Hijo del Hombre, los atributos creadores de tu divinidad personal te seguirán de Salvington a Urantia. En todo momento después de la llegada de tu Ajustador del Pensamiento podrás dar por terminada tu encarnación mediante un acto volitivo. Antes de la llegada y recepción del Ajustador yo garantizo la integridad de tu personalidad. Pero después de la llegada de tu Ajustador y a medida que vayas reconociendo progresivamente la naturaleza e importancia de tu misión autootorgadora, deberás abstenerte de usar tu volición superhumana o poderes para alcanzar objetivos determinados, en vista de que tus prerrogativas creadoras permanecerán asociados con tu personalidad mortal porque estos atributos son inseparables de tu presencia personal. Pero no habrá ninguna repercusión superhumana en tu carrera terrestre aparte de la voluntad del Padre del Paraíso, a menos que tú, mediante un acto volitivo consciente y deliberado, tomes una decisión cabal que terminaría en una elección por la personalidad total.