Aunque los seguidores de Jesús no hicieron caso de su promesa de
resucitar de la tumba el tercer día, sus enemigos sí la recordaron. Los
altos sacerdotes, los fariseos y los saduceos recordaban que habían
recibido informes según los cuales él había dicho que resucitaría de
entre los muertos.
Este viernes por la noche, después de la
cena pascual, alrededor de la media noche, un grupo de líderes judíos se
reunió en la casa de Caifás, y allí discutieron sus temores sobre las
afirmaciones del Maestro de que resucitaría de entre los muertos al
tercer día. Esta reunión finalizó con el nombramiento de un comité de
sanedristas con la misión de apersonarse ante Pilato temprano al día
siguiente, llevando la solicitud oficial del sanedrín de que se apostara
una guardia romana ante la tumba de Jesús para impedir que sus amigos
la tocaran. El portavoz de este comité dijo a Pilato: «Señor, recordamos
que este engañador, Jesús de Nazaret, dijo, cuando estaba vivo:
`Resucitaré al cabo de tres días'. Por lo tanto nos presentamos ante ti
para solicitar que emitas órdenes para asegurar el sepulcro contra sus
seguidores, por lo menos hasta después del tercer día. Mucho tememos que
los discípulos vayan y se roben el cuerpo durante la noche afirmando
luego ante el pueblo que él resucitó de entre los muertos. Si permitimos
que esto suceda, este error podría ser mucho peor de lo que hubiera
sido permitirle que siguiera viviendo».
Cuando Pilato oyó esta solicitud de los
sanedristas, dijo: «Os daré una guardia de diez soldados. Id por vuestro
camino y aseguraos de que la tumba esté a salvo». Volvieron al templo,
juntaron a diez de sus propios guardianes, y se marcharon a la tumba de
José, aunque era sábado por la mañana, con estos diez guardianes judíos y
diez soldados romanos, para colocarlos de centinela ante la tumba.
Estos hombres hicieron rodar una piedra más ante la tumba y colocaron el
sello de Pilato alrededor de estas piedras y sobre ellas, para
asegurarse de que nadie las moviese sin el conocimiento de ellos. Y
estos veinte hombres permanecieron en vigilia hasta la hora de la
resurrección, los judíos les traían alimentos y bebidas.