CUANDO Jesús y sus acusadores salieron para ver a Herodes, el Maestro
se volvió al apóstol Juan y dijo: «Juan, ya no puedes hacer nada más
por mí. Vete adonde mi madre y tráela para que me vea antes de morir».
Cuando Juan oyó la petición del Maestro, aunque no quería dejarle solo
entre sus enemigos, se apresuró a Betania, donde estaba reunida toda la
familia de Jesús aguardando en la casa de Marta y María, las hermanas de
Lázaro a quien Jesús había resucitado de entre los muertos.
Varias veces durante la mañana, los
mensajeros habían llevado noticias a Marta y María sobre el progreso del
juicio de Jesús. Pero la familia de Jesús no llegó a Betania hasta
pocos minutos antes de la llegada de Juan, que traía la petición de
Jesús de ver a su madre antes de ser puesto a muerte. Una vez que Juan
Zebedeo les relató todo lo que había ocurrido desde el arresto de Jesús a
la medianoche, María su madre fue inmediatamente, en compañía de Juan, a
ver a su hijo mayor. Cuando María y Juan llegaron a la ciudad, Jesús,
acompañado por los soldados romanos que iban a crucificarlo, ya había
llegado al Gólgota.
Cuando María la madre de Jesús salió con
Juan para ver a su hijo, su hermana Ruth se negó a quedarse atrás con el
resto de la familia. Puesto que estaba decidida a acompañar a su madre,
su hermano Judá fue con ella. El resto de la familia del Maestro
permaneció en Betania bajo la dirección de Santiago, y prácticamente
cada hora los mensajeros de David Zebedeo les llevaban noticias sobre el
progreso del terrible acontecimiento de la sentencia de muerte de su
hermano mayor, Jesús de Nazaret.