«Desde el primer momento de mi estancia entre vosotros os enseñé que mi único fin era revelar a mi Padre de los cielos a sus hijos en la Tierra. He vivido esta encarnación para que podáis acceder al conocimiento de ese Gran Dios. Os he revelado que Dios es vuestro Padre y vosotros sus hijos...»

domingo, 28 de septiembre de 2014

Con las seres morontiales.

El día siguiente, lunes, lo pasó Jesús enteramente con las criaturas morontiales que en ese momento estaban presentes en Urantia. Como participantes en la experiencia de transición morontial del Maestro, habían venido a Urantia más de un millón de directores y asociados morontiales juntamente con mortales en transición de varias órdenes desde los siete mundos de estancia de Satania. El Jesús morontial permaneció con estas espléndidas inteligencias por cuarenta días. Los instruyó y aprendió de sus directores la vida de transición morontial tal como la atraviesan los mortales de los mundos habitados de Satania al pasar ellos a través de las esferas morontiales del sistema.

     
Alrededor de la medianoche de este lunes, la forma morontial del Maestro fue ajustada para su transición a la segunda etapa de la progresión morontial. Cuando volvió a aparecer a sus hijos mortales en la tierra, se encontraba como ser morontial de la segunda etapa. Al progresar el Maestro en la carrera morontial, se volvía técnicamente cada vez más difícil para las inteligencias morontiales y sus asociados transformadores hacer que el Maestro pudiera ser visualizado ante ojos mortales y materiales.
     
Jesús realizó el tránsito a la tercera etapa morontial el viernes 14 de abril; a la cuarta etapa, el lunes 17; a la quinta etapa el sábado 22; a la sexta etapa el jueves 27; a la séptima etapa el martes 2 de mayo; a la ciudadanía de Jerusem, el domingo 7; y entró al abrazo de los Altísimos de Edentia, el domingo 14.
      
De esta forma Micael de Nebadon completó su servicio de experiencia universal; puesto que en conexión con sus autootorgamientos anteriores, ya había experimentado en pleno la vida de los mortales ascendentes del tiempo y del espacio, desde la estadía en la sede central de la constelación y aun hasta el servicio en la sede central del superuniverso y a través de éste. Y fue mediante estas mismas experiencias morontiales que el Hijo Creador de Nebadon realmente terminó y completó aceptablemente su séptimo y último autootorgamineto en el universo.