«Desde el primer momento de mi estancia entre vosotros os enseñé que mi único fin era revelar a mi Padre de los cielos a sus hijos en la Tierra. He vivido esta encarnación para que podáis acceder al conocimiento de ese Gran Dios. Os he revelado que Dios es vuestro Padre y vosotros sus hijos...»

lunes, 19 de noviembre de 2012

El interludio en Jerusalén.

JESÚS y los apóstoles llegaron a Capernaum el miércoles 17 de marzo y pasaron dos semanas en su cuartel general en Betsaida antes de partir para Jerusalén. Durante estas dos semanas, los apóstoles enseñaron a la gente en la playa, mientras que Jesús pasó mucho tiempo a solas en las colinas, ocupado en los asuntos de su Padre. En este período Jesús, acompañado por Santiago y Juan Zebedeo, hizo dos viajes en secreto a Tiberias, para encontrarse con los creyentes e instruirlos en el evangelio del reino.
      
Muchos de los integrantes de la casa de Herodes creían en Jesús y asistían a estas reuniones. Fue la influencia de estos creyentes dentro de la familia oficial de Herodes la que contribuyó a que la enemistad del gobernador contra Jesús amainara un tanto. Los creyentes de Tiberias habían explicado plenamente a Herodes que el «reino» proclamado por Jesús era de naturaleza espiritual y no una aventura política. Herodes confiaba, hasta cierto punto, en estos miembros de su familia, por esto la diseminación de los informes sobre las enseñanzas y curaciones de Jesús no lo alarmó excesivamente. No tenía objeciones al trabajo de Jesús como curador o maestro religioso. A pesar de la actitud favorable de muchos de los consejeros de Herodes, y aun de Herodes mismo, había entre sus subordinados un grupo que, estaba tan influenciado por los líderes religiosos de Jerusalén, que alimentaba contra Jesús y sus apóstoles sentimientos amargos y amenazadores, los que más tarde mucho dificultaron sus actividades públicas. Los líderes religiosos de Jerusalén representaban para Jesús un peligro mucho mayor que Herodes. Por esta misma razón, Jesús y los apóstoles pasaron tanto tiempo e hicieron la mayor parte de su predicación pública en Galilea más bien que en Jerusalén y en Judea.