Juan el Bautista fue ajusticiado por orden de
Herodes Antipas la noche del 10 de enero del año 28 d. de J.C. Al día
siguiente, algunos discípulos de Juan que habían ido a Macaerus oyeron
de su ejecución y yendo ante Herodes, pidieron que les fuera entregado
su cuerpo, que colocaron en una tumba, dándole más tarde sepultura en
Sebaste, de donde era Abner. Al día siguiente, 12 de enero, partieron
hacia el norte al campamento de los apóstoles de Juan y Jesús cerca de
Pella, e informaron a Jesús de la muerte de Juan. Tras escuchar esto
Jesús, despidió a la multitud y llamando a los veinticuatro les dijo:
«Juan ha muerto. Herodes lo ha hecho decapitar. Esta noche, reuníos en
concilio y arreglad vuestros asuntos como corresponde. Ya no habrá más
postergaciones. Ha llegado la hora de proclamar el reino abiertamente y
con poder. Mañana marchamos a Galilea».
Por consiguiente, temprano en la mañana del
13 de enero del año 28 d. de J.C., Jesús y los apóstoles, acompañados
por unos veinticinco discípulos, se dirigieron a Capernaum y se
alojaron esa noche en la casa de Zebedeo.