«Desde el primer momento de mi estancia entre vosotros os enseñé que mi único fin era revelar a mi Padre de los cielos a sus hijos en la Tierra. He vivido esta encarnación para que podáis acceder al conocimiento de ese Gran Dios. Os he revelado que Dios es vuestro Padre y vosotros sus hijos...»

lunes, 2 de septiembre de 2013

La ultima enseñanza en Pella.

EL FINALIZAR la tarde del lunes 6 de marzo, Jesús y los diez apóstoles llegaron al campamento de Pella. Era ésta la última semana de la estadía de Jesús aquí, y estuvo muy activo enseñando a la multitud e instruyendo a los apóstoles. Predicaba todas las tardes a las multitudes y todas las noches respondía a las preguntas de los apóstoles y de algunos de los discípulos más avanzados que residían en el campamento.
      
La noticia de la resurrección de Lázaro había llegado al campamento dos días antes de la llegada del Maestro, y toda la agrupación estaba vivamente interesada. Desde el episodio en que se sació a cinco mil personas, no había ocurrido nada que tanto estimulara la imaginación del pueblo. Así fue en la cumbre misma de la segunda fase del ministerio público del reino cuando Jesús se dispuso a enseñar durante esta única y corta semana en Pella para luego comenzar la gira del sur de Perea que conduciría directamente a las experiencias finales y trágicas de la última semana en Jerusalén.
      
Los fariseos y los altos sacerdotes habían comenzado a formular sus acusaciones y cristalizar sus denuncias. Objetaban las enseñanzas del Maestro por los siguientes motivos:
      
1. Es amigo de publicanos y pecadores; recibe a los impíos y aun comparte con ellos la comida.
      
2. Blasfema; habla sobre Dios como si fuera su Padre y piensa que es igual a Dios.
      
3. Está en contravención de la ley. Cura enfermedades el día sábado y de muchas otras maneras se burla de la ley sagrada de Israel.
     
4. Está aliado con los diablos. Hace obras portentosas y milagros aparentes por el poder de Beelzebú, el príncipe de los diablos.