«Desde el primer momento de mi estancia entre vosotros os enseñé que mi único fin era revelar a mi Padre de los cielos a sus hijos en la Tierra. He vivido esta encarnación para que podáis acceder al conocimiento de ese Gran Dios. Os he revelado que Dios es vuestro Padre y vosotros sus hijos...»

martes, 24 de enero de 2012

En el camino a Roma.

Prólogo de : En el camino a Roma.

LA GIRA por el mundo romano consumió la mayor parte del vigésimo octavo y todo el vigésimo noveno años de la vida de Jesús en la tierra. Jesús y los dos nativos de la India Gonod y su hijo Ganid— salieron de Jerusalén por la mañana del domingo 26 de abril del año 22 d. de J.C. La gira procedió según se la había programado; Jesús se despidió del padre y el hijo en la ciudad de Charax en el Golfo Pérsico el día 10 de diciembre del siguiente año, 23 d. de J.C.
      
Saliendo de Jerusalén por el camino de Jope llegaron a Cesarea, donde se embarcaron para Alejandría. Desde Alejandría navegaron hasta Lasea en Creta. Siguieron desde Creta por mar hasta Cartago, haciendo escala en Cirene. En Cartago tomaron un barco para Neápolis, que hizo escala en Malta, Siracusa y Mesana. Desde Neápolis se dirigieron a Capua, y desde allí, a Roma por la vía Apia.
      
Al cabo de su estadía en Roma, fueron por tierra a Tarento, donde se hicieron a la vela para Atenas haciendo escala en Nicópolis y Corinto. Desde Atenas fueron a Efeso vía Troas, y desde Efeso, por barco, a Chipre, parándose en Rodas. Permanecieron en Chipre, recorriendo la isla y descansando, por un período prolongado de tiempo antes de zarpar hacia Antioquía de Siria. Una vez en Antioquía, siguieron viaje hacia el sur hasta Sidón y de allí a Damasco. Desde Damasco viajaron con una caravana a la Mesopotamia, pasando por Tapsacos y Larisa. Pasaron un período en Babilonia, visitaron Ur y otros lugares, y luego fueron a Susa. Desde Susa procedieron a Charax, donde Gonod y Ganid se embarcaron para la India.
     
Durante un período de trabajo de cuatro meses en Damasco, Jesús había adquirido los rudimentos del idioma que hablaban Gonod y Ganid. Mientras estuvo allí, dedicó gran parte de su tiempo a traducir del griego a uno de los idiomas de la India, siendo asistido en este trabajo por un hombre oriundo del distrito natal de Gonod.
      
En el curso de esta gira mediterránea Jesús pasaba aproximadamente medio día en función de tutor de Ganid e intérprete de Gonod en las entrevistas de negocios y encuentros sociales de éste. El resto del día estaba a su disposición, y lo dedicaba Jesús a relacionarse personalmente con sus semejantes, a entablar las estrechas relaciones con los mortales de este mundo, las cuales tanto caracterizaron sus actividades de estos años inmediatamente precedentes a su ministerio público.
      
Jesús conoció pues por observación directa, de primera mano y por contacto real, la más elevada civilización material e intelectual del Occidente y del Levante; de Gonod y su brillante hijo mucho aprendió sobre la civilización y la cultura de la India y de la China, porque Gonod, que era ciudadano de la India, había hecho tres largos viajes al imperio de la raza amarilla.
     
Ganid, el joven, aprendió mucho de Jesús durante esta larga e íntima asociación. Llegaron a tenerse mucho afecto mútuo, y el padre del muchacho trato de persuadir a Jesús en muchas ocasiones de que los acompañara cuando regresaran a la India, pero Jesús siempre rehusó la invitación, alegando que era menester volver a su familia en Palestina.