«Desde el primer momento de mi estancia entre vosotros os enseñé que mi único fin era revelar a mi Padre de los cielos a sus hijos en la Tierra. He vivido esta encarnación para que podáis acceder al conocimiento de ese Gran Dios. Os he revelado que Dios es vuestro Padre y vosotros sus hijos...»

viernes, 2 de noviembre de 2012

Otras formas de oración.

De vez en cuando, durante el resto de su estadía en la tierra, Jesús trajo al conocimiento de los apóstoles varias otras fórmulas de oración, pero lo hizo tan sólo para ilustrar otros asuntos, recomendándoles que no enseñaran estas «oraciones en forma de parábolas» a las multitudes. Muchas de ellas provenían de otros planetas habitados, pero Jesús no reveló este hecho a los doce. Entre estas oraciones estaban las siguientes: 


 Padre nuestro en quien radican los reinos del universo,
      
Alabado sea tu nombre y glorificado tu carácter.
      
Tu presencia nos abarca, y tu gloria se manifiesta
      
Imperfectamente en nosotros así como es perfecta en lo alto.
      
Danos hoy las fuerzas vitalizadoras de la luz,
      
Y no nos dejes errar por los perversos caminos de nuestra imaginación,
      
Porque tuya es la morada gloriosa, el poder perdurable,
      
Y para nosotros, el don eterno del amor infinito de tu Hijo.
      
Aun así, eternamente verdadero.
 
* * *
      
Padre nuestro creador, que estás en el centro del universo,
      
Otórganos tu naturaleza y danos tu carácter.
      
Haznos tus hijos e hijas por la gracia
      
Y glorifica tu nombre a través de nuestro perfeccionamiento eterno.
      
Danos tu espíritu ajustador y controlador para que habite y more en nosotros
      
Para que podamos hacer tu voluntad en esta esfera así como los ángeles cumplen tu mandato en la luz.
      
Sostiénenos este día en nuestro progreso por el camino de la verdad.
      
Líbranos de la inercia, del mal y de toda transgresión pecaminosa.
      
Sé paciente con nosotros así como nosotros dispensamos amor y comprensión a nuestros semejantes.
      
Derrama el espíritu de tu misericordia en nuestros corazones mortales.
      
Llévanos de la mano, paso a paso, por el incierto laberinto de la vida,
      
Y cuando llegue nuestro fin, recibe en tu seno nuestro espíritu fiel.
      
Aun así que no se cumplan nuestros deseos sino tu voluntad.
 
* * *
      
Padre nuestro, celestial, perfecto y justo,
      
Guía y dirige hoy nuestra travesía.
      
Santifica nuestros pasos y coordina nuestros pensamientos
      
Condúcenos para siempre por los caminos del progreso eterno.
      
Llénanos de sabiduría hasta la plenitud del poder
      
Y danos vitalidad con tu energía infinita.
      
Inspíranos con la conciencia divina de la presencia y guía de las huestes seráficas.
      
Condúcenos por siempre en nuestro ascenso por el camino de la luz;
      
Reivindícanos plenamente en el día del gran juicio.
      
Haznos como tú en gloria eterna
      
Y recíbenos en tu servicio eterno en lo alto.
 
* * *
      
Padre nuestro que eres en el misterio,
      
Revélanos tu santo carácter.
      
Haz que hoy tus hijos en la tierra
      
Vean el camino, la luz y la verdad.
      
Muéstranos el camino del progreso eterno,
      
Y danos la voluntad para marchar en él.
      
Afianza en nosotros tu reino divino
      
Y concédenos así el pleno dominio de nosotros mismos.
      
No nos dejes errar por los caminos de la oscuridad y la muerte;
      
Condúcenos por siempre junto a las aguas de vida.
      
Escucha éstas, nuestras oraciones, y acógelas;
      
Complácete en hacernos más y más como tú.
      Finalmente, por tu Hijo divino,
      
Recíbenos en tu abrazo eterno.
      
Aun así, no se hará nuestra voluntad sino la tuya.
 
* * *
      
Glorioso Padre y Madre, en uno combinados,
     
Leales seamos a tu naturaleza divina.
      
Que tu esencia misma reviva en nosotros y a través de nosotros
      
Por el don y otorgamiento de tu espíritu divino.
      
Reproduciéndote así imperfectamente en esta esfera
      
Así como te muestras perfecta y majestuosamente en lo alto.
      
Danos día a día tu dulce ministerio de hermandad
      
Y condúcenos en todo momento por el camino del servicio amoroso.
      
Sé por siempre e incansablemente paciente con nosotros
      
Así como nosotros mostramos nuestra paciencia con nuestros hijos.
      
Danos la sabiduría divina que todo lo hace bien
      
Y el amor infinito que se vuelca a todas las criaturas.
      
Concédenos tu paciencia y clemencia,
      
Para que nuestra caridad abrace a los débiles del reino.
      
Y cuando nuestra carrera se acaba, haz que honre y glorifique tu nombre,
      
Que complazca a tu buen espíritu, y que satisfaga a quienes cuidan nuestra alma.
      
No según nuestros deseos, Padre nuestro amante, sino según tus deseos de bien eterno para tus hijos mortales.
      
Que así sea.
 
* * *
      
Nuestra Fuente infinitamente fiel y Centro todopoderoso,
     
Que sea santificado y reverenciado el nombre de tu Hijo misericordioso.
     
Tu gracia y tus bendiciones han descendido sobre nosotros,
     
Dándonos fuerza para hacer tu voluntad y cumplir tu mandato.
     
Danos en todo momento el alimento del árbol de la vida;
     
Refréscanos día a día con el agua viva del río de la vida.
     
Condúcenos paso a paso fuera de la oscuridad y hacia la luz divina.
     
Renueva nuestra mente por las transformaciones del espíritu residente,
     
Y cuando finalmente nos llegue nuestro fin mortal,
     
Acógenos en ti e instálanos en la eternidad.
     
Cíñe nuestra cabeza con las diademas celestiales de servicio fructífero,
     
Y glorificaremos al Padre, al Hijo y a la Influencia Santa.
     
Que así sea, para siempre jamás en un universo sin fin.
 
* * *
      
Padre nuestro que moras en los lugares secretos del universo,
     
Honrado sea tu nombre, reverenciada tu misericordia y respetado tu juicio.
     
Haz que el sol de la justicia brille sobre nosotros con el fulgor del mediodía.
     
Mientras te imploramos que guíes nuestros pasos extraviados en la luz vacilante del atardecer.
     
Llévanos de la mano en los caminos que tú elijas,
     
Y no nos abandones cuando el camino sea difícil y las horas oscuras.
     
No nos olvides así como nosotros tan a menudo te olvidamos y te abandonamos.
     
Pero sé misericordioso y ámanos así como nosotros deseamos amarte a ti.
     
Contémplanos con compasión y perdónanos con misericordia
     
Así como nosotros perdonamos en justicia a los que nos afligen e injurian.
      
Que el amor, la devoción y el autootorgamiento del Hijo majestuoso,
     
Nos de vida eterna con tu infinita misericordia y amor.
     
Que el Dios de los universos nos dispense la plena medida de su espíritu;
     
Danos la gracia de someternos a la dirección de este espíritu.
     
Por el ministerio amoroso de las dedicadas huestes seráficas
     
Que nos conduzca y guíe el Hijo hasta el fin de la era.
     
Haznos por siempre y cada vez más como tú
     
Y cuando lleguemos al fin, recíbenos en el eterno abrazo del Paraíso.
     
Que así sea, en nombre del Hijo autootorgador
     
Y para honor y gloria del Padre Supremo.
     
Aunque no se les permitió a los apóstoles usar en sus enseñanzas públicas estas lecciones de cómo orar, todas estas revelaciones les resultaron muy provechosas en sus experiencias religiosas personales. Jesús utilizó éstos y otros modelos de oración como ilustraciones para la instrucción exclusiva de los doce. Y se nos otorgó un permiso especial para transcribir estos siete modelos de oración en esta narración.