Esta instrucción dejó a Juan grandemente perplejo. ¿Acaso no había oído decir al Maestro: «El que no está conmigo está en contra de mí?» Él no percibía que, en este caso, Jesús se refería a la relación personal del hombre con las enseñanzas espirituales del reino, mientras que en el otro, había hecho referencia a las vastas relaciones sociales exteriores de los creyentes, relacionadas con cuestiones de control administrativo y jurisdicción de un grupo de creyentes sobre el trabajo de otros grupos, que finalmente integrarán la hermandad mundial venidera.
Pero Juan relató muchas veces esta experiencia en relación con sus labores subsiguientes en nombre del reino. Sin embargo, los apóstoles muchas veces se ofendieron con los que se atrevían a enseñar en nombre del Maestro. Siempre les pareció inapropiado que los que no se habían sentado nunca a los pies de Jesús, se atrevieran a enseñar en su nombre.
